Consecuencias psicológicas
- Pensamientos de vergüenza, temor o culpa que impiden pedir ayuda.
- Baja autoestima.
- Ansiedad elevada, y miedo.
- Sentimientos de indefensión e inseguridad.
- Desesperanza, incapacidad de ver una salida.
- Aislamiento social, problemas para relacionarse con otras personas.
- Sentimientos divididos amor/odio.
- Problemas de sueño y/o de la alimentación.
¿Cuándo acudir al psicólogo?
En estas situaciones es recomendable pedir ayuda lo antes posible. Cuánto más tiempo pase el cuchillo cortanto, más profunda será la herida y más tardará en cerrar. El psicólogo puede guiarte hacia la salida, acompañandote durante todo el proceso. En el momento que sufras por la situación, si no ves como puedes dejar de sentirte mal y el malestar persiste y se incrementa con el tiempo, es momento de pedir ayuda.
«Trabajamos en pro del empoderamiento de las personas»